Solo la verdad

No descartemos la posibilidad de considerar la mentira como algo susceptible de ser enjuiciado; contemplémosla como un fenómeno inherente a la humanidad desde tiempos remotos en los que antepasados y filósofos ya disertaban e incluso hacía uso de ella. Observémosla en la mitología, fragmentos de información metafóricos y teóricos de algunas de las grandes verdades universales . Desde Hermes hasta Apolo, dioses del pasado y clásicos de nuestra literatura. Clásicos porque pasaron a la historia pero no cayeron en el olvido; desecharlos sería tan incoherente como negar la relativa estabilidad de nuestra idiosincrasia en la etapa adulta y los diferentes motivos que alicientan la necesidad o deseo de mentir en la especie humana.
Descartando patologías graves, la mentira no es el fin sino uno de los medios susceptibles de ser usados para conseguirlo. La educación influye, condiciona y el ambiente determina. Estos factores entre otros justifican la existencia del fenómeno, pero no sus diferentes variables. Avaricia o generosidad, miedo, logro, supervivencia; la lista de motivaciones podría extenderse hasta el infinito si matizásemos cada una de forma contextualizada y de acuerdo con los rasgos de carácter y situación personal del objeto de estudio.
Mentir o no mentir en una entrevista de trabajo. El interés por el puesto no constituye la fórmula, pero si un ingrediente que en buenas manos puede variar sustancialmente la calificación del catador, siempre que no comprometa el futuro del chef. La pretensión de este artículo no es juzgar, es vender. La venta de una certeza que permite nuestro desarrollo personal y profesional.