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La sombra del gigante

Posted by Valentin Gonzalez Guerrero on 12:36
Hace años alguien que se hacía pasar por pirómano me dijo: tarde o temprano todo prende menos el agua. Pero es que hasta el agua se evapora, y si la energía no desaparece y se trasforma da igual porque mi sed no se apaga con vapor ni hielo. Pasa lo mismo con las personas.

Estamos predestinados a perder a las personas que queremos antes de perdernos a nosotros mismos. Lo segundo duele mas que lo primero, y espero tardar muchos años en dar fe de ello, pero también espero poder controlar aquellos factores que dependen de mi para no perder a la gente antes de tiempo.

Me he dado cuenta de que a partir de ciertas edades lo único que le queda a la gente es el afecto de los suyos, sobretodo cuando ya no pueden seguir forjando su autoestima a base de ambiciones personales y sus planes dejan de ser a años vista para pasar a ser diarios.

La falta de comunicación hace mucho daño. Y que poco nos cuesta ver la culpa ajena. Acepto perder a gente a la que considero importante, pero solo si es por causas ajenas o de fuerza mayor. También quiero marcarme un objetivo para sentirme mejor conmigo mismo: no tener que arrepentirme, y si para eso tengo que desprenderme de mi orgullo, miedo o falsa autoestima será la mejor decisión que he tomado. Veo que la única forma de madurar es agachar la cabeza ante cualquier imagen idealizada que haya forjado sobre mi mismo.

No quiero hacer juegos de palabras hoy, solo dar y recibir honestidad, porque hasta la gente que mas presume de honesta envenena sus relaciones con ausencia de la misma.


"Tieni accesa la luce stanotte se qualcuno si è perso, si ritroverà"

Eros Ramazzoti, 2002

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Psicotécnicos

Posted by Valentin Gonzalez Guerrero on 13:49
En 1914 estalla la primera guerra mundial; tres años después 24 millones de varones norteamericanos con una edad inferior a 46 años rellenaron tarjetas de inscripción para ser reclutados por el ejército en caso de urgencia. La necesidad de asignar rangos a cada uno de los alistados de forma ágil y eficaz llevó a la elaboración de dos test psicotécnicos: army alpha y army beta.

Si entonces los test de Therman, cuya principal diferencia radicaba en el nivel de alfabetización del sujeto analizado, eran una herramienta de gran utilidad, hoy día serían inútiles en la actual sociedad americana, con un índice del 99%.

De la Segunda Guerra Mundial recordamos nombres de grandes líderes, entre ellos Churchill, Hitler, Eisenhower y Hitler, por supuesto. La generación de la posguerra creyó haber superado a sus predecesores con la caida de los grandes valores, pero cayeron en el error de la revolución, necesaria no obstante para la maduración de una sociedad postmodernista que incorporaría un amalgama mas amplio de grises con la llamada generación X y parte de la Y.

Nos encontramos en la actualidad; el mundo de los grupos de presión, del marketing, de la política supeditada a las marcas, o la economía, es indiferente. Buscamos un punto de referencia, algo que refuerce la ilusión de un mundo en el que el color existe. Hemos dejado de buscarlo?

Si la respuesta es positiva, seguramente nos resulte mas fácil acomodarnos en el caos; en nuestra propia efemeridad y en lo sano que resulta saber que somos imperfectos, porque sin la imperfección no existiría la complementariedad, porque la vida no sería la misma sin el Army Alfa o el Army beta y porque cuanto mas cambian las cosas mas siguen igual.

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