El continuo reciclaje

La vida laboral de un individuo oscila entre los treinta y cinco y cuarenta y cinco años mientras que el promedio de vida se situa entre los setenta y ocho y ochenta y cinco años respectivamente. A lo largo de nuestra trayectoria vital sufrimos cambios en nuestro organismo que limitan o paralizan el desarrollo de una actividad. Afortunadamente, la experiencia acumulada puede facilitar el desarrollo de otras que permitan continuar nuestra vida laboral.
Esta adaptación al cambio es lo que algunos expertos en la materia denominan reciclaje. Esta denominación semántica que hace referencia al aprendizaje continuo permite suplantar carencias con una serie de nuevas capacidades. En consecuencia, la adquisición de nuevas capacidades en un entorno dinámico se hace imposible sin flexibilidad, como herramienta para adaptarse e incluso anticiparse a los cambios.
Tal vez deberíamos plantearnos el porque de la formación continuada, los constantes saltos de empresa en empresa y los diferentes cargos que una persona adopta a lo largo de su trayectoria profesional. Hacer algo no es hacerlo bien, y la capacidad solo se desarrolla estableciendo sus bases en la motivación de la conducta. Por tanto, si queremos evolucionar de forma positiva debemos afrontar la realidad como fuente de cambios constantes y ser autoconscientes de nuestras capacidades y limitaciones. Las nuevas tendencias en el panorama de Recursos Humanos son mas flexibles que antaño: las capacidades como base de la experiencia suelen ser tenidas mas en cuenta que las limitaciones derivadas de la edad siempre que ésta no se vea acompañada de una falta de motivación hacia el puesto de trabajo.